Cuando la pareja hotelera Ulli y Christian Mittermeier reconvirtió la antigua villa empresarial de la ""Gründerzeit"" en Rothenburg en un hotel, quiso combinar la calidad de un hotel de diseño high-end con la libertad y espontaneidad de un apartamento privado. Mientras que el concepto cromático de la fachada exterior de la casa se caracteriza por el negro, en el interior predominan la transparencia y el carácter abierto. La idea principal del diseño: prescindir conscientemente de detalles, para así ponerlo todo en práctica con la mayor calidad. ""Nos preguntamos hacia dónde mira un huésped en el primer instante, e inmediatamente respondimos que hacia el cuarto de baño"", explica Christian Mittermeier. Para los huéspedes, el baño da cuenta de los estándares del hotel y frecuentemente es un lugar en el que inspirarse. Por ello, los propietarios hoteleros se decantaron por duchas amplias a ras del suelo, con mucho espacio. El negro mate de la superficie de ducha BetteFloor se adapta con precisión, estructural y cromáticamente, al negro de los azulejos del baño, pasando fluidamente a la estructura de los azulejos.